martes, 9 de junio de 2015

MI CÁDIZ


Bañada por el mar,
hermosa y luminosa,
enamoras al que en ti vive,
al que a ti llega.

Las estrechas calles
del casco antiguo
todas conducen al mar
de aguas plateadas.

En la ciudad nueva
altos edificios tocan el cielo
y vigilan las playas
de arenas doradas.

El aire huele a sal
tan intensamente
que en cada rincón
el mar está presente.

Perderse por su calles,
sin rumbo fijo, bajo la luna,
es una aventura
relajante y apasionante.

JOSÉ LUIS RUBIO


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