Dolores se llamaba Lola
suena en la radio, son las
cinco y pico de la mañana,
llegas a casa derrotada por la
noche y su salvaje reinado,
la canción estalla en tu cabeza
una y otra vez, esa historia te
suena, habla de ti, la radio sigue
sonando, ahora escupiendo noticias,
concesión de Premio Princesa de cuento
de Hadas a médicos y sanitarios..
sutil manera de acallar protestas y más
protestas, el pan y circo inventado por
los romanos hace mil siglos sigue surtiendo
efecto…
sigues pensando en Lola, en tu nombre,
las mismas ilusiones que aquella Dolores,
colegio de monjas incluido, camisa blanca
y falda de cuadros, tenías la vida en tus
manos pero a los quince años se cruzó
en tu vida un caballo desbocado, un
caballo que recorría tus venas directo
al cerebro, al corazón de tu vida,
pasando del galope enfurecido al
parsimonioso trote en un segundo…
un caballo indomable bajo las riendas
de Lucas, ese novio tuyo que iba a transformar
el mundo, el tuyo, el de los demás…
que te iba a coronar en un auténtica princesa,
de radio y de salones de terciopelo, en una
princesa sin cuentos ni hadas ni más príncipe
que él…
pero la única corona que posó sobre tu cabeza
fueron sus golpes, los golpes que te daba a diario
bajo el epitafio del amor, del amor mortal
que sentía por ti, princesa, eres la mujer de mi
vida te decía..sin ti no existo…y tú Dolores le
creíste, le creíste de corazón, de amor de piernas
abiertas sin descanso…
Ahora reinas sin oposición en la calle Paraíso
esquina calle Perdida, en horario flexible de
siete a tres de la mañana…como la Dolores de
la canción, pero ella tenía un techo para refugiarse,
Lucas, el rey emérito espera que acabes tu reinado
nocturno para recoger los cuatro euros ganados
con el sudor de tus manos, de tu boca, de tu cuerpo..
pero lo hace por amor..no lo olvides,
siempre es por amor..
Menuda miseria que me traes…con esta calderilla
piensas que puedo vivir?..
No sirves ya para nada, cualquier día de estos
te aparco en cualquier cuneta de un camino
cualquiera sin nombre conocido,
eso sí, con tu hija, la pequeña María
que para eso es hija tuya, no mía,
no pienso mantener bocas ajenas,
enséñale el oficio..
Y piensas en la habitación de al lado,
donde duerme María, y en eso que
alguien llama futuro, su futuro,
Dolores tu que prometías tanto
Mira donde estás…qué le espera a
la pequeña María….’?
Lloras y viertes un río de lágrimas
sobre una mesa de madera, con
un mantel de flores desgastadas,
la radio sigue encendida, recordándote
que ahí fuera hay un mundo de triunfadores,
de triunfadoras, y que tú por tu mala
cabeza, ya que solo tú eres la culpable,
princesa de las derrotas continuadas,
demasiado tarde para relevarte, sigues
enganchada al prematuro juicio final,
al infierno más Dantesco,
pero aún así,sabes,conoces la solución
la más rápida que nunca es la más sencilla,
levantarte, coger ese cuchillo afilado del
cajón de los cubiertos, entrar a la habitación
donde el rey Lucas ronca después de una
interminable noche de trabajo y alcohol,
de perfume barato de otras princesas que
nunca eres tú y clavárselo en lo más
profundo de ese vacío llamado inexistente
corazón para que así la pequeña María
tenga la oportunidad de elegir, la que tú
Dolores nunca tuviste, la que nunca te
dieron.
JAVIER MUÑIZ
Publicado en Poetry Slam de Avilés
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