Me atrapaste en las redes de tu amor,
Me pescaste cómo pájaro errante en el azul cielo,
Me acostumbraste a tus precoces y admirables versos,
Ya no pude alzar el vuelo,
Me cortaste las alas con tus apasionados besos,
Con tus hábiles y suaves manos acariciaste mí fino plumaje,
Dócil cómo una mensajera paloma regresaba siempre a tus brazos,
Sedienta tomaba néctar en la fuente de tú apacible ser... me incitabas con ese dulce brebaje,
Construiste de tú lecho un cálido y protegido nido,
Con tú carnosos labios me dabas de comer,
Me disté de tú apetitosa boca exquisitos manjares,
Siempre con tus eróticas caricias tú me hacías volver,
Me hacías sentir segura en el desenfreno de tú adorado y tibio cuerpo,
Confiado abrías las cortinas del ventanal de par en par,
La luz de la resplandeciente luna sé reflejaba en nuestro intenso mirar,
Así llegará la esplendorosa primavera ya no deseaba yo volar. .
Martha Reyes
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