viernes, 8 de mayo de 2020

CON PROSA EN MUSA


Del viento su luz, del agua su tez, de la flor el vino que baña una esencia, de la esencia la voz, de la voz el canto que asume la luz, de la luz su ser, de su ser el vientre que moja la boca, de la boca el siempre que acepta tu vez, de tu vez los labios que corren despacio, de despacio al tacto que estima tu gusto, de tu gusto un río que vaga traslúcido al traslúcido mar que es música y fuerza, de la fuerza a un hilo que deshila piropos, de piropos a brazos que entibian tus ojos, de tus ojos al margen que acuesta tangentes, de tangentes las líneas, los cortes y rectas, de las rectas al tiempo que camina airoso, del airoso paso al salto de lunas, de lunas al beso, del beso a la fragua, de la fragua al piso, del piso al enredo que palpita loco, de lo loco al sendero que conlleva un encuentro, del encuentro al recuerdo, del recuerdo al silencio que pernocta en su paz, de su paz al pan que mastica victorias, de victorias al cesto que exhala perfumes, de perfumes a las sales, de la sal a la lluvia que enjugan los truenos, de los truenos a las manos, de las manos al fetiche que envuelve caricias, de caricias al portal de ternuras y vuelos, de vuelos y sesgos al posar de la historia, de la historia al pasado, del pasado a la fuente, de la fuente a los mimos, de los mimos a las aguas que mantienen al eco, del eco a los árboles que comentan las aves, de las aves al vuelco en guitarras nocheras, de nocheras cigarras para el bien de tu pelo, de tu pelo la luna, para un peine de estrellas... Todo esto, es poco, pa'mpezarte de nuevo.

Chacho López Grenno

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