miércoles, 20 de mayo de 2020

CAE SOBRE MI MANO, Y ME CEDE SU BELLEZA MORTUORIA


Se hunde la flor de loto, cae despacio
atravesando las aguas,
lenta, muy lenta atravesando el cristal de sombra,
en el que su tallo parece que se ahoga.

Desciende hacia las profundidades serena
imperceptible, clara, ingrávida, pura,
parece como si quisiera conquistar a Neptuno,
dios indiscutible de las profundidades.

Y las aguas serenas la cubren, la desnudan,
le devuelven su aroma;
hácenla navegante decidida
hacia los brazos impacientes de su amante.

Y luego en la mañana asciende fresca y primorosa
desbordando ternura y amor por cada uno
de sus poros, cerrada, pero revienta en flor
dulce, bella y enamorada.

Cuando se hace la luz, cuenta su odisea
como un bello ensueño, que cada una va viviendo,
cuando le toca, como el desnudo ciervo,
cuando la fuente brota.

En la noche vuelve y cae, cae más aún,
cae nuevamente hasta las profundidades;
y así hasta el día de su sepulcro, seguirá cayendo
en la mirada triste de un ruiseñor herido....!

Y si la sostengo por debajo, cae sobre mi mano
y me cede su belleza mortuoria...!

RAFAEL CHACÓN MARTEL

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