Es tu pupila hermosa un gran reflejo
de una parte del cielo y de la calma
que ausenta y mora mi recóndita alma,
que nada más se ve al oscuro espejo
unos enamorados bien servidos.
Acurrucados juntos sin espera
nos amamos mi amor, que se acelera
el pulso inconfundible en tus gemidos.
De la noche que mira vigilando
su tesoro al color que lleva el iris
ennegrecido y de azulado hermoso,
cada estrella diviso y estoy contando.
Apenas divisado un arcoíris
que da color a tu mirar brilloso.
Juan Junquera Borrazas -Conil-
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