Vistiose tímida ,
reluciente, espontánea,
anudando el tiempo
a sus caderas
desplazando la vida
con su rítmico andar.
Lúcidos se miraron
con destellos convulsos.
Ansiándose.
Devorándose
en la sana codicia
de acaparar los escondrijos
en sus torneados cuerpos.
Ávido , con dedos buscones,
desató el talle
con la magia de la sonrisa,
rasgando el vestido,
surgiendo las formas,
impresionando a Cupido.
Díscolos en sus conjugados anhelos
abrazaron la brisa
reduciendo la distancia
fundiendo sus deseos
en la inmensidad de la noche.
Volátiles , entremezclados,
con un hálito de cordura,
extraviados en el placer,
dignificados con su locura
los sorprende el amanecer
infragantes y hermosos.
ROLANDO BLANCO PASCUAL
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