jueves, 27 de febrero de 2014

IV


Vuelvo la vista atrás. Vuelvo los ojos.
Mi tristeza, tras ti, se gira entera.
Tú subes decidida la escalera
y mi pena germina entre rastrojos.

Quisiera retenerte. Que de hinojos
mis brazos abrazaran tu bandera.
Pero el pudor me puede. Me lacera
la soledad trenzando sus abrojos.

Mi mirada te abarca y te persigue.
Tirita entre columnas tu figura
y al punto se diluye tu melena.

El mundo es un tiovivo. Sigue y sigue.
Vuelvo la vista atrás. Y tu cintura
se aleja de los limbos de mi pena.

Del libro  “UNA FUGAZ E INCIERTA CERCANÍA” de Enrique Barrero Rodríguez
2º Premio, XXVI Certamen de Poesía Searus, 2003


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