Oye
Quiero pedirte un favor
Deja de hablarme de las caras de dios
Deja de temerme con las caras del infierno
Deja la irreverencia
Bajate del asiento
Levanta la cabeza
Escucha
Todos tus burbujas
salen de tus labios para desaparecer
no cuentes historias de poetas y mendigos
no me susurres estridencias cacofónicas
de toda roja vena que te hace rabiar
hasta las arrugas de la frente
no te desnudes tan pronto
no te vistas tan deprisa
todo lo que tienes puesto no es suficiente
demasiado traje de tragedia
un exceso de belleza
que no alcanza a esconderse en los huequesillos del cuerpo
Comprendo que no oigas
afuera hay un colapso de flores y trash
esculturas surrealistas para la lista de artes
y un silencio abismal que me recorre
-escalofríos kármicos y tormentas-
Si pudieras oírme
Guardo un secreto en la comisura de mis labios
No puedo contartelo aún
Pero tal vez puedas sentir
como picotean mis ojos de los astros
hay una canción que se oye cuando estoy al borde
en el momento olímpico del salto
una canción hecha de silencios
cosquilleándome los trozos de piel hasta el diafragma
y dejo de respirar
Duele tanto este placer que hasta el aire empieza a tener orgasmos
el aire entra a empujones,
como la vida golpeando monstruos
sacudiendo espantos
para dejar que una flor haga su mejor pétalo
y que el universo entero quepa entre medio de las humanidades
deja de hablar
yo me callo
que la vida está naciendo
en este preciso instante
Laila Zylber -Barcelona-
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