Hay días que escribo renglones torcidos,
palabras rotas de letras abrasivas.
Hay días que escribo palabras con tinta violenta y fría.
Hay días que escribo nombres raros,
sin darme cuenta.
Hay días que escribo y parece la noche.
Hay días que escribo como si una flor acompañara mi congoja de letra púrpura y ambarina.
Hay días que los renglones se alzan como si estuvieran rodeados de enemigos.
Hay días en los que las letras me abrazan
y nos vamos por ahí a emborracharnos.
Hay días que escribo.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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