El pulso late lánguido, los frutos y sueños se perdieron, afligieron nuestras expectativas sin fe ni esperanza, vegetamos en silencio. Amanecen días sin mies, tumultuosas tempestades se aproximan, cirros negros en horizonte perpetuo, enclaustrados sin alicientes venideros. Un día hubo paz, casi ya borrada en mis recuerdos, se torció el árbol sin muchos quererlo, oligarcas sin escrúpulos nos invadieron, sin sentimiento, deficientes mentales, oligofrénicos, con ansiedad de poder nos coartar los sueños, sin voluntad ni derechos nos mandan a misa a redimir nuestro dolor con padres nuestros. ¿Dónde quedan nuestros derechos, casa para todos, paz y pan tierno? ¿incentivos para nuestros sueños? ¿dignidad de vida, prosperidad y cielo abierto?. Alas de paz en todo el universo, corazones con capacidad de te quiero, manos amigas en los encuentros. PAZ Y AMOR, ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO.
LOLA WIZNER
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