Me seduce el telúrico lenguaje
con que se expresan viento, mar y río;
los comprendo a mi modo, y les confío
los secretos de mi íntimo bagaje.
Me cantan, ya en voz tenue, o en mensaje
de cíclope irritado, en desafío;
¿Murmullos? ¿Amenazas? No me guío
por dureza o blandura en el paisaje.
Mil formas hay de proferir ‘Te amo’,
y yo en cada uno de ellos me derramo,
bondad de brisa o yunque de tronada.
Yo también me he irritado algunas veces,
y soy quien soy, fragor o timideces,
pero a ellos hablo en luz, nunca en espada.
FRANCISCO ÁLVAREZ HIDALGO -In memoriam-
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