jueves, 26 de junio de 2014

TUAREG


Cuando el diafragma de una luna loca
alzaba los estómagos del día;
hundí mi pecho, en la melancolía,
que aquella tarde le robé a su boca:

bajo sus párpados la noche toca
los ojos dulces de una luz tardía;
huele -su nuca- a sombra, todavía;
su cuello es un violín de espuma y roca.

Cerca del mar el árabe se quiere;
la arena es agua al fin, la vida un puerto
donde la luz del corazón lo hiere.

¡Qué lo dormido late en lo despierto,
si amando todo aquello que se muere
somos tuareg que viven del desierto!

Antonio Ramos Olmo -ESPAÑA-

No hay comentarios:

Publicar un comentario