miércoles, 25 de junio de 2014
EL TEMOR DE MIROSLAVA
Temo que en tu tren no haya sal
que al regreso la curva se endeble y no puedas ver la esquina
a la alucinación en el garito cuando te truenes los dedos y pienses que es tarde
temo que en tu pasado mi forma aquélla haga un caliche sobre la olla
y en el Maipo las rodillas levanten el ancla y no identifiques el secreto.
Puedo leer de tu mano cómo evades esa gran luz que es el día
el relato de cómo Octavio con una cáscara mintió un 12 de julio
porque se puede vestir una ciudad con una historia repugnante
o caminando tú y yo tomados de la mano
―antes que llegue ese día en el que podamos ver, ictíneos, un juego de pelota―
pero me da frío
porque a pesar del breve sabor de la nuez y las costuras sobre el bordado
nunca entenderé cómo se ve desde tu Puente
el cardias a tus años, el témpano, Saturno y todo a su llegada.
YENI RAMOS -México-
Publicado en Periódico de Poesía
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