Ya no temo a la sombra,
a los lugares oscuros
ni al espejo que me sigue a todas partes.
A soledad y nostalgia, no temo.
Ni a tardes tras ventana
en día de lluvia y viento.
La soledad se gana;
pero ¡hay la nostalgia!
es siempre cosa ajena.
MIGUEL CRISPÍN SOTOMAYOR -Cuba-
Publicado en la revista Añil 142
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