sábado, 10 de junio de 2017

PRINCESA DE CUENTO


La mujer era violeta y verde
como el espejo de una joyería.

Su cuerpo,
pájaros arropados por una orquídea,
se cimbreaba aún quieto,
como el perfume de un millón de rosas,
que con voz dulce
cantaban a la velocidad de los suspiros.

Su pulso,
su mirar,
su pelo,
las joyas que todos admiraban.

Los espejos,
las princesas de cuento,
todos y todas,
querían ser
un hueco
una sombra
y sonreír cerca de su mirada.

GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-

No hay comentarios:

Publicar un comentario