sábado, 3 de junio de 2017

NOCTURNO


En el techo,
dos telarañas impiden dormir;
tiene fácil solución.
Coger un plumero,
ponerse en pie sobre la cama
y de un brochazo,
listo: dos menos.

Pero hace meses cayó
por la ventana y no bajaste
a recogerlo. Tampoco la noche
invita a levantarse.

Mirar esas telarañas
como ladrones de sueños,
aunque suene a paradoja,
da sosiego, reconforta.

Dolores Leis Parra
Publicado en Acantilados de papel

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