lunes, 5 de junio de 2017

MUERE UN POETA


A un poeta granadino
famoso en el mundo entero,
una noche silenciosa
le mataron sin motivo.
La muerte llegó de verde
ese color, que en sus versos,
describía con certera premonición, su muerte.
Traía la parca estacas de fuego,
que sesgarían las vidas
de él y sus tres compañeros.
Le arrastraron como a tantos,
sin explicación alguna
tras darle con saña un empujón,
se mezcló con los demás
en el quieto e indiferente camión.
Era una noche agosteña
pero un frío y ábrego viento
galopaba inmisericorde
por las sierras y los bosques,
augurando con su aullar,
que la indeseada pálida y fría
no tardaría en llegar.
Nuestro poeta callaba
sorbiendo el gélido viento,
que de los montes llegaba.
Sabía que poco o nada,
era el tiempo que quedaba.
Entreabría sus húmedos ojos
que no querían llorar
y dar gusto a los matadores
que lo iban a silenciar.
Quería captar las formas
que fugaces se alejaban en su soledad.
Le acompaña un maestro ateo,
también dos novilleros.
a los cuatro, la impávida muerte aguardaba.
Dicen que rencillas familiares,
otros que cosas de la política.
Nadie sabe ciertamente
la causa real de su muerte.
Da igual por lo que fuera.
Han investigado aquí,
también lo han hecho por allá.
pero lo cierto que basta decir
solo de pila tu nombre, Federico,
y si le añaden García Lorca
todos saben sin dudar
que es el nombre de un poeta
¡Grande, grande!
Quizá sólo por eso,
por ser poeta y hombre,
te llevaron una noche,
y a la vera de un olivo
te dispararon un tiro.
Sabemos bien de tu muerte,
eso nunca lo negaron.
Pero el lugar de tu tumba
eso, eso sí se lo callaron.

Concha Gorostiza Dapena -Conil-

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