lunes, 5 de junio de 2017

ESAS ALMAS CREADORAS LLAMADAS NEGROS LITERARIOS


Los negros literarios obligados a escribir en la oscuridad   sin derechos justos, también tienen el alma blanca como escribió Alberto Insúa y cantó Antonio Machín.

Negros de la pluma, son los que escriben discursos para políticos y gente de las altas colinas del poder que ansían hacer carrera de dudosa fama envuelta en paños de seda, que disfrutan de privilegios en medios informativos con programas para entrevistadores de lustre y masa alienada.

Negros que nos recuerdan a aquellos escritores republicanos, pero que no es lo mismo, condenados ellos al ostracismo escribiendo novelitas de amor o del oeste (por 3000 pesetas la historia), hoy, hablamos de autores de títulos que  no firman, asalariados sin derechos, fantasmas de la pluma carentes de paternidad literaria, día tras día escribiendo ficciones ajenas, que más tarde puede firmar una estrella de lo fatuo y así arropar su tallada figura luciendo gozo compartido en el pedestal de las vanidades,  representando la falsa comedia de la cultura plastificada en premios, donde nada importa la carencia de ética profesional. Qué quieren que les cuente.

Sobre clandestino, actualidad lejana de aquellas con nombre de serial radiofónico de los años cincuenta, cuando los negros literarios, muchos de ellos republicanos represaliados, mal vivían con traducciones peor pagadas y artículos a veinte duros, más un vale de quince pesetas para matar el hambre en los comedores del Sindicato Vertical, del Madrid de Emilio Romero director con bendiciones para su diario Pueblo. Mendigar una columna sin nombre y apellidos que firmaban los protegidos por el Régimen, porque, si en España como escribía Larra escribir es llorar, ser negro de la pluma significa desperdicio, angustia triste del mundo de la literatura.

Pero nada de esto es nuevo bajo tantos nublados de mentiras, apaños y  plagios de engreimientos. Lo triste, lo impresentable, es que encima de todo esto el culpable del plagio, el condenado, sea quien escribe desde el anonimato para otra persona. Ahí está la editorial manipulando el escándalo si se descubre, el séquito de agradecidos aplaudiendo con  plácemes  al héroe o heroína de quien está demostrando carecer de la más mínima ética y honestidad profesional. Pero cómo se va a pedir profesionalidad a quién no es profesional a quienes son los propios de la mafia corrupta. Aquellos que entiende que el oficio de escribir puede ser tranquilamente prostituido y utilizado como escalera trepadora hacia una fama temporal, que al final provocará la caída del ídolo de barro ante esa masa anestesiada por la manipulación publicitaria y albedrío.

Los negros literarios también tienen el alma blanca como escribió Alberto Insúa y cantó Antonio Machín, porque no deja de ser una explotación más dentro de la sociedad, por eso no debe de ser comentado a la ligera, como un chiste pasajero, un juego de mala fortuna, de la casualidad del disco duro del ordenador, para que todo quede en una mera trivialización, un descuido de aquello que muestra el estado de degeneración en el que determinados círculos editoriales, sostienen una lucha sorda y rezos por convertir en un prostíbulo comercial  bello embriagador oficio de escribir.

El lector medio debe preguntarse, qué pueden estar pensando esos escritores anónimos que durante sus mejores horas, a veces robadas al descanso, van creando de folio a folio una ficción con el deseo y la pasión de verla un día publicado. Y que cuando dan por terminada la narración, se dirigen a esta o aquella editorial con la esperanza de ver publicada su obra por unos modestos derechos de autor en demasiadas ocasiones con liquidación dudosa. También la espera de esa fecha clave donde se falla el premio al que ha acudido con su obra. Cuánto fracaso injusto, frustraciones. Pero no caigamos en el desaliento ni la conformidad. La literatura con mayúscula siempre sobrevivirá por encima de los plagios, los falsos premios y el mercantilismo de ciertos poderes, capaces de comprar hasta el rabo del diablo.

Francisco Vélez Nieto
Publicado en MUNDIARIO.

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