Frente al televisor, culebrones.
Culebrón mexicano repetido
¿De qué año estamos hablando?
Fue en Semana Santa
y viajabas a Las Palmas,
aterrizaste con dos niños
y sueños en las maletas.
Ya en el hotel, apenas a dos calles
Las Canteras (playa de pobres decían),
una habitación con tres camas,
mínima cocina y enorme bañera
donde arrancarse la arena y la sal,
espacio desperdiciado para un cuerpo
que atesora demasiada
ciudad entre las venas
para poder apreciarla.
Ese culebrón también lo he visto.
¡Pobre Lola Calamidad!
¡Tan parecida a ti!
Tan sola y vapuleada,
desgreñada y sucia
con la ropa raída
metáfora del alma.
Al borde del llanto
pulsas el Off
y escapas de casa.
Hoy no me busquen
porque de mí
no encontrarán nada.
Dolores Leis Parra
Publicado en Acantilados de papel
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