jueves, 8 de junio de 2017

GÉNESIS DE UNA NUEVA CADENA ALIMENTICIA


 «¡Estúpidos creacionistas!... No comprendieron que lo que proponía era precisamente la permanencia de su obsoleta e idolatrada forma de vida orgánica… ¡Pero mi idea es parte de la agenda del universo!... ¡Mi genio se originó en el Big Bang…
¡Jajajajajajaja!!!... ¡Goletz, procede con la activación del Génesis Sintético!»
 La IA obedeció. Una nebulosa de nanobots orbitó alrededor de la tierra.
Su objetivo era filtrar la luz del sol e inocularle a sus fotones la composición química destinada a
poner en marcha una nueva etapa evolutiva en la vida terrestre.
 «¡Sí!, ahora sabrán que tan idealista y loco soy… ¡Jejejejeje!!!... “Pero qué poco paciente eres Dédalo”, era la resignada consigna de mis colegas de la Igualdad Biosolar. ¡Claro, y por qué serlo!... No quiero ser reconocido dentro de un milenio como un genio adelantado a mi tiempo; disfrutar de una compasiva gloria mientras otros se prestan a beneficiarse de los frutos de mi invento… ¡Noooo!… ¡Quiero mi gloria ahora!... ¿Cómo…?, ¿qué la tierra desplegó los reflectores?...
Déjalos Goletz… Su reflejo solo enceguecerá a sus dioses… ¡No a la luz que he ordenado que se haga!»
 Los nanobots cubrieron la tierra. El Proyecto Génesis Sintético iluminó toda su biosfera con el don de la artificialidad; reestructurando su composición química o, más bien… suplantándola. Era la última carta de Dédalo, luego de que las Corporaciones-Estados rechazaron su primera oferta: alimentarse de una energía proveniente de formas de vida artificiales, proponiendo la  universalidad de lo sintético; una singularidad molecular que permitiría conservar las naturales. «Tan simple como comerse un pollo artificial para no matar el orgánico». Pero las religiones se interpusieron en su camino con su credo de: «¡No a cualquier sucedáneo de lo naturalmente creado por Dios!»; presionaron a sus patrocinadores y...
«Bueno —se dijo Dédalo en su cuartel espacial—, a partir de ahora el único creacionismo será el de ponerle nuevos nombres al pollo y los demás animales, a las plantas y al hombre mismo».

Odilius Vlak —seud.— (República Dominicana)
Publicado en la revista digital Minatura 155

No hay comentarios:

Publicar un comentario