Una nube ocultó el sol
dejando la ciudad a oscuras.
Los pájaros de la noche
aullaron felices y satisfechos.
Los niños lloraron asustados
viendo moverse las sombras.
Las ratas salieron de sus agujeros
buscando algo de alimento.
Un rayo rompió la oscuridad.
La lluvia cayó con fuerza
inundando las calles desiertos.
¿Volverá la luz a la ciudad?
¿Será la oscuridad permanente?
Traed niños nuestras linternas.
Juntémoslas y hágamos con ellas
un gran faro que nos devuelva
la luz de la mañana
alejando las inquietantes sombras.
Ya tenemos luz. Ahora montemos
un gran ventilador para alejar
las nubes y que cese la lluvia.
Sin oscuridad, sin lluvia,
la ciudad volvió a la vida.
JOSÉ LUIS RUBIO
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