PRIMEROS AMORES.

Se oyen ruidos
de corazones
humanos,
oprimidos,
al sentir
la alborada
abrir,
al dolor,
ventanas de amores.
Absurdas nostalgias,
casta de tristeza
humana.
Los ojos
deben aprender
de la luz del día
y hacerse
a la lucha cada aurora.
Hombres-sueño,
con torpes distancias
recién salidos
de su noche
infantil.
Descorriendo el velo
mezcla
de grises y negros
del inmenso dolor
que al alma
traen
la competitividad
en el amor.
Apagada la estrella
de su cumbre,
por miradas
sin calor.
El alma
rompe
hasta la carne.
Parece,
que todo
es noche oscura,
campo reseco,
tumba de hormigón...
En cualquier instante,
vuelve a brincar
el pecho.
Unos ojos claros
son
semillero de luz,
de ilusión.
Vuelve al fin
la pasión...

PEDRO JESÚS CORTÉS ZAFRA -Málaga-