jueves, 25 de abril de 2019

TODO ESTABA COMO SIEMPRE


Todo estaba como siempre, menos yo, en el muelle de mis párpados tenía tus pupilas ancladas jugando en las orillas de mis pestañas humedecidas, el vaivén de mi sangre desbordada ante la curvatura de tus labios, cascabeles y colores en toda palabra que fecundo en el acantilado de mi alma, todo era igual, yo era distinta, perdí la brújula, el equilibrio... yo era otra... ¡Yo te amaba!

Angélica Andrade

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