Quisiste volver para atrás
cuando llegaste al colegio.
La vergüenza te comía,
nadie te llevo a la puerta,
así fue tu primer día.
La libreta, el borrador,
el sacapuntas y el lápiz;
muchos nervios, un sofocón.
Cumpliendo cincuenta años
ves cumplida una ilusión:
volver de nuevo a la escuela
que de chica te faltó.
Manuela,
pasando los años
se enamora de las letras
y ya escribe sus poemas
y cada tarde pasa de telenovela,
ya nunca falta a su escuela
tiene cuentas que ajustar.
En una vieja libreta su vida va reflejando
por nacer mujer y pobre
hasta las palabras le habían robao.
Y ahora las uñas saca
cuando quieren apartarla
de esa cultura que tanto ama.
Ayer gritaba:
¡Qué nos cierran las escuelas!
Que dicen que no es rentable
tantas mujeres despiertas.
Que prefieren que otra vez
volvamos a ver la tele
y a firmar con tinta y huella,
que seamos siempre incultas
y analfabetas.
JUAN LUIS RINCÓN ARES
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