TEMBLORES

Me alcanza el tiempo de vino y flores
mientras el pulso se me corrompe
y me hace más difícil la vida,
ya no puedo escribir poesía,
ya no sufro mal de amores
ni olvidar en la bebida.

Doy mal uso a mis temblores
por reírme de mis dolores
aliñando el aceite de oliva
en una ensalada marchita
que mezcla la simpatía con lo torpe
en el absurdo de unas risas.

Alcanzo con una mirada
lo imposible de un vaso de agua,
jamás pensé que ocurriría
que las cosas más sencillas
tuvieran tanta importancia
o... que me avergonzaría.

Algunas veces, tengo ganas
de culpar a alguna causa,
de encontrar un responsable,
no hay razón en el sable,
ni una mano que se bata,
ni un motivo para odiarme,
las horas del reloj pasan
ya va siendo hora de acostarme,
ya regresaremos mañana
quiero dormir para olvidarme.

Luis Maria Saiz Laso