Deja que te muestre el camino
para llegar a mi corazón,
¡ven! Detente un momento
en el brillo de mis espejos
que algo te contarán.
¡Acércate!
aborda mis pensamientos,
no abrogues mis sentimientos
que son ecuánimes
y van a ti directos,
caminan entre zarzales…
Se los lleva el viento.
Voy a hacer una torre
llenita de besos
para que te sirvas
a tu capricho y antojo;
Pero antes deja que la lluvia
caiga en tu cuerpo
para beber en tu boca
el agua de tus deseos,
Voy a convertirme en hiedra
para subir por las paredes,
entrar en tu habitación
y enredarme en tus sueños
convertirlos en realidad.
Deja que yo sea el motivo
para desordenar tus noches,
tus desvelos, tus risas
y porque no… de tu cama,
decirte buenos días
al despertar el alba.
Quiero ser esa ola
que ondule tu mar,
la estela que guíe tu barco,
la que se acurruque en tu regazo
cuando el crepúsculo llegue
y el amanecer aun tarde.
María Regueira López
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