La luz se aferraba
a las crestas últimas
saltando, despacio
hacia poniente
queriendo quedarse
no morir en ese instante
Cuando el sol, escondido
deja su resplandor, rojizo
como un rescoldo
anunciando las sombras
Llorabas
el silencio de tus lágrimas
en su cristal tenían
anaranjado brillo
el color de la tarde
El cielo negro de tus ojos
se fue cuajando de estrellas
relucientes
PACO MATEOS
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