sábado, 3 de junio de 2017

SU MIRADA


Su mirada está triste, lejana,
desvanecida por el tiempo,
sus ojos dos estrellas apagadas,
que han marcado los años vividos.
Hoy luce como un viejo roble agobiado
de cansancio, con su cabello blanco,
con arrugas, que ennoblecen de orgullo
su vejez.
Cuando se levanta por las mañanas,
y aún aprecia las estrellas confundidas
en la tenue luz de la aurora, como si fuera
quizás el último día que contemplará
semejante maravilla.
De sus ojos brotan lágrimas de tristeza
mezcladas de alegría, al recordar esos cielos
de luna, que iluminaron su juventud, y conocieron
sus secretos de hombre de mundo.
Su rostro parece cansado, la vejez está terminando
su vida, sin realizar que está comenzando a vivir su agonía
Sus fuerzas flaquean, sus piernas no sostienen
con firmeza sus pasos, los años lo ha vencido y pronto
la muerte lo arrebatará de este mundo.
El tiempo no perdonó, pasó como una carreta sobre la
armadura de sus huesos borrando la sombra de lo que un día
fue su vida de hombre.

Jacinthe Mejía Ayerdis -Nicaragua / Canadá-

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