sábado, 24 de junio de 2017
PARA MARIANA
Mariana no lo sabe,
pero huele a mar.
Atardecía en soledad...
dejó caer palabras y silencios
en su orilla,
tristezas tal vez
que ahora son olas.
Aunque ella no lo sepa
su voz es de mar.
Y cuando Mariana mira
su mirada es de sal,
pero no de la que hace llorar.
Mirada que brilla,
por dentro
y por fuera,
y tiene tanto que dar...
Y si alguna vez esa sal escuece
o entristece...
llevar a Mariana a su mar...
Del libro: Dis-tinta de Julia Moreno
Publicado en Acantilados de papel
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