jueves, 8 de junio de 2017

NO HAY LUGAR


Verdades abriéndose paso,
entre bruma y oscuridad,
los cielos se van despejando,
invadiéndome la claridad.

Aprendí a abrir mis manos,
soltando y dando libertad,
me siento tan relajada,
libre de todo aquello
que me hacía tanto mal.

Respiro oxígeno puro,
poco lastre por cargar,
voy viviendo sin apuro,
fluyendo como plácido río,
en su camino hacia el mar.

Dios ha abierto mis caminos,
Él, me bendice el andar,
aprendí a cortar las rosas,
sin dejarme espinar,
fueron tantas las heridas,
no hay lugar para una más.

Si he sembrado algo bueno,
en la cosecha se verá,
hacer más, yo ya no puedo,
¡el tiempo decidirá!

Maria Ernestina Torres Sánchez 

No hay comentarios:

Publicar un comentario