jueves, 8 de junio de 2017

ELLA


Ella no saldrá más en los amaneceres
nublados a contemplar en su jardín, las
mariposas que volaban, y se posaban
entre las rosas frescas de la mañana,
que olían a rocío perfumado, de campo
y de selva.
Ella no escuchará más las aves matutinas,
que se escondían detrás del rosal florecido,
cantando melodías armoniosas.
Ella se esfumó entre las nubes, dejando la tristeza
en el huerto.
Ella dejó su perfume en cada lirio, y sus ilusiones
dormidas en cada clavel, ella dejó la luz de sus ojos
prendida, en el huerto iluminando el jardín que cada
mañana la vio sonreír.
Ella dejó el eco sonoro de su risa que resuena en el cielo,
lejos del rosal y cerca de Dios, reposa su corazón
en la quietud de un universo, flota su alma rodeada de rosas
y de mariposas.

Jacinthe Mejía Ayerdis -Nicaragua / Canadá-

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