La pretende el dolor.
Quiere hacerla suya.
La espolea,
la encorseta...
Ella simula
entregarse
y ofrece un gemido,
pero se incorpora
y vuelve al lienzo.
La paleta
desborda
de rojos y amarillos.
El pincel
va,
rápido.
La luz lucha
por ganarle a la sombra.
Teresita Saint Esteben de Faramiñán -Argentina-
Publicado en la revista Añil 142
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