No sé si te has dado cuenta,
mas nos han robado el coche,
debió de ser esta noche,
¡ay, la gente!, lo que inventa.
Yo quiero entender que tienta,
apropiarse de lo ajeno,
robar ha de ser veneno,
que atrapará los sentidos,
despertará a los dormidos
con un ejercicio ameno.
Ahora creo comprender
las múltiples sensaciones,
esas terribles razones,
de lo que mueve al poder.
Ese ansia de tener,
si su saber no computa,
si es pobre su hoja de ruta,
si robando se hacen ricos,
no pienso que son borricos,
son unos hijos de puta.
Será dulce la alcancía,
tener todo controlado,
saber que está de su lado,
el Cuerpo de Policía.
No transportan mercancía,
las comisiones no pesan,
ni sus cabellos se mesan
los empresarios corruptos,
son los negocios abruptos
los que casi nunca cesan.
Al final de la comedia,
velar por el ciudadano,
es un asunto de plano,
que no afecta a la mass media.
Un poco de logopedia,
trajecitos apañados,
unos gemelos dorados,
no saber nada de nada,
ver al pueblo en la estacada
y los derechos vejados.
Total, el coche robado,
un poquito de cabreo,
iremos dando un rodeo
para gritar en el prado.
Con el gobierno dejado
en manos que tejen trenzas,
es imposible que venzas
a esta panda de ladrones,
sólo escucharás los sones
de unos putos sinvergüenzas.
Julio G. del Río -Valencia-
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