La realidad...
es un lugar común,
Como una jaula de tiempo/espacio.
Que nos contiene.
INEXORABLE,
ferviente ilusión.
Nada que hacerle.
Para hablar de ella...
Se tuercen,
¡Si!...
SE TUERCEN las palabras,
los rituales,
Y la existencia,
Cuando de adivinaciones se trata.
En este sueño la contemplo,
Y me pregunto,
¿Quién ha torcido ahora
Mi mente surrealista?
¿Y el ABSTRA-SUCREACIONISMO de sus pulsiones?
MULTIROSTROS rodeados de mentiras
Y de verdades,
La asaltan.
Desnudos,
los rostros,
arrobados por el amor,
Se dibujan en el plano,
de mí
i-ma-gi-na-ción.
Hay,
predicaciones en sus labios,
Que me gritan,
Perverso, anacoreta, loco, FLUXOMANÍACO!
Y lo peor,
Que...
sin abrir sus bocas.
Gritos de ausencias y faramallas,
Se escuchan.
Mientras,
en este escenario de la vida y de la muerte,
Sembrados como árboles,
Observo entre los limites;
de un santo escapulario,
Y un ave María menudita...
A mil hombres,
Sin sus benditos esquemas,
y mil mujeres llorando,
Muy sedientas,
de palabritas amorosas,
Palabras que han sido,
repetidas y repetidas hasta el Hartazgo.
Veo,
(sin ser visto):
A Borges arrodillado
ante la santa imagen de la PALABRA.
Amarrado a su religiosidad de poeta,
Mordiendo su Aleph,
Como un hambriento de coincidencias,
y alucinaciones,
Miro,
A Cortázar,
Desenredando las palabras tejidas, por:
Durrel, Beauvoier, por Duras, por Douassot,
Y por Serraute,
Dicho sea de paso,
Solo el podría hacerlo, genial.
Me inclino ante una pequeña gruta,
Y ahí solitario y desposeído, por la esperanza,
Encuentro a Huidobro
Platicando amenamente,
con su ALTAZOR,
inventando un mundo
El mundo de la ROSA, del paracaídas de luz y adrenalina,
El mundo de papel y chocolate, del espectacular CREACIONISMO PURO,
absorbente,
Plural,
Ambivalente y multisilábico
Vestido de azahares y prosas rasgadas de amor.
El gran poeta de la Poética "Plus Ultra" y la simultaneidad, me sonríe.
Veo a,
Neruda,
¡Oh!
Poeta autodidáctico, poderoso,
AMOROSO DEL AMOR
al platónico absoluto, carpintero de la palabra... y sus relieves,
Ahí,
LO MIRO, parado en la sombra más oscura,
Brillando como un solecito mañanero
de ISLA NEGRA.
Veo,
Como sangra su corazón por amor al poema.
Observo también,
En esta interfase del infierno,
(Que por cierto os digo, es como un... único círculo concéntrico),
En animosa charla de truhanes a:
Virgilio, a Dante, a Verlaine,
A Rimbow, al más grande de los "Malditos":
Baudelaire.
Que juntos se consumen en una llama de amor,
Hablando de: Zoroastro, de Cristo, de Krishna,
de Actl Topiltzin-Quetzacoatl y del último de los profetas.
Veo a Girondo,
Serruchando su mesa voladora y repintando su tranvía poético.
¡Miro con asombro, al cesar de la poesía!
Sí,
Don Cesar Vallejo, el de la poesía barnizada, ultraterrena, de otro mundo,
¡vamos!...
con su hierático gesto de montuno decidido y mordaz.
Veo al insigne NICANOR,
¡Parra, Parra, Parra, Parra, Parra!
que dicho cinco veces,
Es AMULETO, aliterante.
Al versador, al pragmático augur de los tiempos de las dictaduras de lodo e inmundicia, lo veo,
Propiamente dicho,
Pensando en la libertad del alma,
Como un platónico enardecido, por las dualidades del ser.
Lo veo, sentado en una mesa de luz,
Arreglando una máquina de escribir,
Vieja, tan vieja como el silencio,
Quizá, sin darse cuenta de su muerte,
Y tal vez, con la intemporal intención de inmortalizar con tipografía,
sus poemas, que reviven y reviven como entes inmortales.
Y miro con gran admiración,
al SOL azul de la poesía,
Al Quetzal de plumaje tornasol,
Al mismo dios de las transparencias y las palabras,
El amo y señor de los espejos parlantes,
Al dueño absoluto de los monos gramáticos...
Desnudo como un Apolo, inconmensurable.
Dormido en los brazos amantes de su "ultrapoesía",
Don Octavio Paz.
Que sueña con "El laberinto de la soledad"...
Y miro entre neblina amarilla,
Aburridos entes suicidados,
Y oníricos poetas,
Como, Juarroz,
Hablando de Diderot, de Verlain, de Voltaire,
De Luis XVI y su cabeza rodante,
Y miro con gran obnubilación
En este INFIERNO/PARNASO
a grandes poetas,
Que luego les contaré...
Roberto Rochin Suarez
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