Anoche, contigo soñaba
y de tu boca disfruté
de tu sabor me inundé
haciendo que me extasiara,
mientras mi mano saciaba
el deseo de acariciarte.
Comencé a desabrocharte
los botones de tu blusa,
y de una manera intrusa,
tus senos acariciarte.
En tu oído daba besos,
mi lengua te acariciaba;
y bajito musitaba:
¡tu calor me tiene preso!
para mí aquel suceso
a la gloria me llevó
nuestro calor se elevó
de forma considerable
haciéndome disfrutable
lo que mi mano tocó.
Nuestros cuerpos se fundieron
en ese quemante abrazo,
al sentirme en tu regazo
mis sentidos se prendieron.
nuevamente se movieron
nuestros cuerpos en sintonía
en sublime melodía
nuestras cinturas unidas
haciendo que nuestras vidas
tengan ansias cada día.
ROBERTO BATISTA PARGAS -Cuba-
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