No soy de ningún lugar
ni de aquí, ni de allá,
del mar.
No tengo alma sin verso
ni corazón sin poema,
me gusta inventar caminos
caminar las arboledas,
dejar clavada la huella
poniendo peso sobre ella.
Me gusta la brisa fresca
el sol que roza mi cara,
los silencios cuando cantan
la risa cuando es sincera,
el cielo sabor a frutas
las manos que no traicionan
la vida con esperanza,
yo la pinto de color
si llega gris o cansada.
Si el ayer muere en mis ojos
hay luz para el nuevo día,
amanezco de una flor
en el clareo del día.
Todo pasa en un instante, o dos
y en el breve espacio
en que se rompe un esquema
vuelvo a ser yo.
No soy de ningún lugar
sólo soy yo, sólo yo
con mi silencio y mi voz.
De aquí de allá, de ningún lugar.
Rafi Guerra
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