domingo, 30 de agosto de 2015

UN DÍA


Un día, caminando por la avenida, vi un pobre anciano cubierto de trapos viejos. Sentí lastima y saqué de mi bolsillo unas monedas.
Al ver mi intención el anciano me pidió con un gesto que me acercara. Era tan diferente a mí. Viejo y acabado. Me acerqué para pasar rápidamente el mal momento. El hombre me miro con los ojos llenos de bondad y dijo estas palabras:
¡Ama! Vive el instante, el maldito mecanismo que te destruye no se detiene. Los momentos plenos, los días felices, los hijos, no tienen precio .Llegará el día en que estirarás tú brazo para acariciar a tu amado hijo.
Y al ver una mano huesuda queriendo acariciar a un niño que ya no está, en un día soleado que ya no es,  te dará miedo sentir la piel de tú rostro lleno de batallas. No dejes pasar el momento perfecto para decir "te amo" pero, si acaso pasó ese momento, dilo de igual modo. Ése es el sentido de todo.
No necesito tu limosna, mas tu si necesitas mi consejo, es un regalo"
De repente este viejo no era tan Distinto a mí. Y toqué mi rostro y sentí las batallas, pocas pero ya dejaron huella. El maldito mecanismo no se detiene! Lo miré y simplemente dije, gracias.

José María Cano

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