A lomos de Rocinante, Sancho Panza, con una bacía a modo de casco, el palo de una escoba convertido en lanza y la tapa de una cazuela a guisa de adarga, llamó a gritos a Dulcinea del Toboso.
–¿Qué quieres, Sancho?
–Monta en la grupa de Rocinante, Dulcinea. Don Quijote ha muerto.
–¿A dónde vamos?
–Qué pregunta, mujer, pues a luchar contra los molinos de viento.
Del libro El espectáculo más hermoso de SALVADOR ROBLES MIRAS
Publicado en Los libros de las gaviotas
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