Tejida en nardos y helechos hice una canción y,
quiero la bailes cuando la cante,—dice ella.
Como si fuera filmación
quiero verte en mi canción y, quiero hacerte olvidar
la ferocidad de los silencios.
Dejaré hundir tu mano en mi piel,
al son de los versos. Y por guardar un micrófono
en el pecho, puedes hablar a mi corazón.
Dile despacito: que- te- in- ven- té- una- can- ción—dijo ella.
He de arrancarte de la energía inferior y elevar tu cara mustia
a la altura de mis senos. Míralos, es leche materna,
bebe y, ponte al ritmo de mis zapatos, levanta mi pollera
y escrutémonos. ¿Te gusta mi onda?
¡Oh, besaste mi ombligo y eso me hace feliz!
¡Ah, es el deleite de amar!,—gritó ella.
Del libro TROCITOS DE ELLA EN MÍ de
OMÍLCAR CRUZ RESTREPO -Colombia-
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