Tierra con olor a sangre,
campo de batalla:
resuenan los sonidos de metrallas.
Campos antes fructíferos,
ahora cementerios clandestinos; se mira con tristeza la gente correr,
buscando un refugio.
Gritos por doquier, el llanto de los niños; caritas tristes
estómagos vacíos, sedientos con hambre y frío.
Madres desesperadas,
clamando Justicia..
Justicia, Justicia; tan sólo eran niños.
Estudiantes defendiendo sus ideales, se encontraron con la muerte.
En marcha va una procesión,
exigiendo sus derechos, a aquellos que la justicia y tranquilidad le han robado a su pueblo.
En el vacío de la noche queda,
el llanto de una Madre;
Tierra Humedad con olor a sangre...
(A La Memoria De Una Juventud, Que pudo ser el futuro de mi pueblo).
Noelia Arreigue -México-
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