CÓMO TE MIRA TU HIJO

Aunque lo intentes no lo evitarás. Sabes que tus hijos, te pongas como te pongas, te imitarán, te copiarán, en todo momento querrán ser como su padre o madre.
Esta es la suerte de ser padres y la más hermosa misión que tenemos encomendada, aunque no deja de ser, la mayoría de las veces y por desgracia, la más triste, porque también se copian los comportamientos negativos, los malos gestos y los actos oscuros de nuestra conducta pues lo absorben todo como esponjas. Y es que,además, éstos últimos son más fáciles de copiar y más difíciles de corregir.
No estaría mal dar el certificado de padres, y someterles a evaluaciones cada cierto tiempo, para aprobar o suspender. Para preguntarles cómo ejercen y si son responsables del papel que están desarrollando. Lo que no sé es qué se debería hacer con los suspendidos, con los que ya no saben querer, los que no saben ayudar, no saben perdonar; respetar, sufrir o superar los malos momentos para convencer a sus hijos de que, a pesar de todas las adversidades, la vida sigue.
De cómo son los padres dependerá, en gran parte, como serán los hijos, sus actitudes, pensamientos… y la mayoría de sus actuaciones.
Nuestros Colegios de hoy, son el escenario de oportunidades para todos, y no valen los viejos trucos y trampas de ricos y pobres ante la Educación. Porque, el esfuerzo y la voluntad, la constancia y el sacrificio, como la motivación para superarse no son valores que se compran o se venden, sino que se inculcan y se enseñan para que nuestros hijos los copien de manera natural, siendo los padres el principal espejo en el que mirarse.
Muchos padres, no leen nada ó casi nada. A sus hijos les gustará poco ó nada la lectura y, en muchos casos, se dedican libremente y sin control a ser absorbidos por los juegos electrónicos y/o la televisión, obteniendo pésimos resultados escolares.
Los padres con conflictos de pareja, que no disimulan ante sus hijos, desmotivan su trabajo académico y con frecuencia son alumnos conflictivos. El abandono escolar es alarmante en alumnos cuyos padres ni siquiera llegaron a conocer el colegio al que iban sus hijos.
Estoy seguro que los valores humanos que califican ó descalifican la dignidad de la persona, no son valores de la bolsa o del mercado. Se contagian en el ambiente de la casa, y en el espejo que, queramos o no, es la familia.
Nuestra responsabilidad es que ese espejo esté siempre limpio.

JOMABA -Sevilla-
Publicado en la revista Aldaba 24