Si tengo que huir de esta
pesadilla, tendré que olvidar
que soñé un día.
Saldría corriendo despavorida,
cuál gaviotas con las alas
congeladas, adoloridas
de madrugadas frías.
Tomaría el primer tren
sin vía segura y olvidaría
el equipaje,
cargadas de miradas
entristecidas.
Oh, ¿Cuál sería el destino
de esta infausta huida?
¿Encontraría alivio
para este corazón herido?
Nada podré lograr si no despierto,
de esta funesta pesadilla.
Me ha atormentado el sueño,
esas caricias clandestinas
de tus manos tibias. No soy
dueña de esas caricias,
de esos labios que al rozarme
la boca, eriza mi piel y me deja
el alma adormecida.
¡Cuántas madrugadas en vela,
que al conciliar el sueño
interrumpe mi soñar
esa peculiar pesadilla!
No hay tregua alguna,
ahoga el alma deja una
esperanza vacía,
que aniquila el sueño
de un amor tardío,
abandonado ya hastío.
¡Cuántos sueños perdidos
de un corazón aterido!
Dos corazones perdidos
de juventudes pasadas.
Y la vejez soñada
el encuentro casual,
con caricias robadas detrás
de un monitor.
Defasaje amor, conjugando los dos
un te amo, o tal vez un beso clandestino jurando... eterno amor.
Nery .Y. López C. -Paraguay-
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