Estas páginas que escribo
pesan poco en la balanza
contra tanto horror y odio
que nos roba la esperanza.
Cuántos desastres veremos
antes de poder ser libres,
cuántos horrores vividos
sin esperanzas posibles,
cuántos amigos han muerto,
sin ver al fin la alegría
de poder morir contento
porque en esta patria mía
la democracia es posible
cuánto dolor, qué tortura
saber que grandes ladrones
vestidos con compostura
hacen y deshacen normas
guiados por la codicia
y don dinero gobierna
llevado por la avaricia.
Cómo me duele a mi el alma
de ver tanto sufrimiento
de los pobres de mi patria
y el capital... tan contento.
Intento yo conjurar,
por medio de estas letrillas,
que seguro no leerán
esos cobardes del mal.
Quizás ni los aludidos
despertaran de su pasmo
al leer sin reflexionar
todo cuanto aquí le plasmo.
Hasta Dios parece estar
indiferente a los males
que crean a los humanos,
hoy, los grandes capitales.
Pedro Jesús Cortés Zafra -Málaga-
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