Como tarima, cuerpo castrado,
huellas en mi piel, marcas del camino,
bloqueos de desencuentros diarios
acechan incansables y porfían.
El equilibrio es inconsciente,
alambre de acero y tenso,
puente sobre aguas estancas
como la vida por momentos…
Extremos afilados y punzantes,
rutilantes, de un brillo intenso,
a veces, ciega y el norte se pierde,
túnel sin fin, precipicio caótico.
Como tarima movible
plataforma de lanzamiento…
es cuestión de dejar atrás los recuerdos,
armarse de coraje y saltar al vacío…
…Dejarse caer a la vida, sin ningún miedo…
LOLA WIZNER
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