Estaba el otro día contándole a un amigo
que yo empecé a escribir muchas novelas,
todas ellas en folios de tamaño grande.
No acabé ninguna nunca porque no supe
aprovechar el tiempo porque me dijeron
que la vida pasa y luego seremos nada.
Eso le dije a mi amigo y sabía que era
una tontería más como otra cualquiera.
Luego pensé que en ciertos momentos,
de la vida en los que no hay que pensar,
ni vivir, ni regodearnos en las quejidos,
ni en las quejas para solo centrarnos,
centrarnos en escribir y escribir novelas,
poesías, artículos, teatro, libelos, trozos
de papel, discursos, memorias, diarios,
cartas, noticieros, boletines, periódicos,
gacetas, artículos, hojas de todo tamaño,
fábulas, leyendas, autobiografías,
reminiscencias, ensoñaciones, dudas, aire
amor, peligros, subsistencias, sutileza,
escribir la vida para vivir la intensidad.
GUILLERMO JIMÉNEZ FERNÁNDEZ -Mérida-
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