Si quieres que la gente te preste dinero cada vez que necesites, tienes que hacer algo que te voy a enseñar. Es un poquito trabajoso porque debe hacerse varias veces con la misma persona, pero te garantizo que es infalible. La primera vez, tú le pides prestados mil o dos mil bolívares a alguien a quien nunca le has pedido nada y ofreces pagarle al día siguiente, a una hora determinada. Al día siguiente, a esa hora en punto y ni un minuto más, ni un minuto menos, vas y le pagas con el mismo dinero que te prestó, porque tú lo has guardado tal cual como te lo entregó. Como a los quince días o tres semanas, le pides prestada una cantidad un poquito mayor -cinco mil, por ejemplo-, y también los guardas y los pagas puntualmente dos o tres días después, en la hora y en la fecha exactas en que te has comprometido a hacerlo. Después, esperas un mes y solicitas un tercer préstamo, que tiene que ser por una cantidad mayor y con un plazo de vencimiento también mayor, digamos que de una semana o hasta el próximo día de cobro. Otra vez haces lo mismo y repites la receta un mes más tarde, para asegurarte. Haciendo eso, yo te garantizo que cuando de verdad necesites, esa persona te presta lo que le pidas, con los ojos cerra-dos, y si ofreces pagarle en un mes o dos, ten por seguro que te espera porque te considera buena paga.
Del libro LA COMEDIA URBANA de
ARMANDO JOSÉ SEQUERA
Primer Premio Bienal Literaria “Mariano Picón Salas” Mención Narrativa “Salvador Garmendia”, Mérida, Estado Mérida 2001
Publicado en Los Cuadernos de las Gaviotas
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