¿Dónde estarás, amor? Ni han devuelto tu nombre.
El mismo que tan breve parecía, íntimo y diminuto.
cuatro letras de silabear tu nombre.
¿Es que tu aliento tibio todavía sobrevuela
el aire de una cárcel feroz y sin ventanas?
¿Y tu ojos, amor?
¿Siguen siendo tan grises absortos y redondos,
tus ojos de juntarnos decayendo la tarde?
Esos brillos amantes de la vida
en calles encendidas de canciones y pájaros.
Y también por tu ojos al reflejar los míos
cruzarían los ultrajes de uniforme y absurdo.
Con niños sollozantes robados en la noche
y la indolente mueca de banqueros y curas.
¿Dónde estarás amor?
¿No sostiene tu cuerpo caricias de mis manos,
ni a tu piel la desvela mi beso tembloroso?
¿Y tu voz amor mío?
¿Ni me nombró siquiera al saberte arrastrada
y la gente impasible siguiendo su camino?
¿No me nombraste amor ni apenas esa noche
sometida y violada?
¿El pronunciarme apenas fue tu olvido
en esa infamia constante de tu muerte?
¿O tanto nos quisimos, amor,
que callaste mi nombre?
EDUARDO PÉRSICO
Publicado en el blog eduardopersico
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