(a los muertos sin odio ni consignas)
Camaleones altivos
de sangre y hierro
van acallando la voz de los profetas
entre tormentas de barro.
Aquí
se trafica
con la muerte
en estado puro.
Allá
con el rojo
entre martirios
de pólvora y huríes.
Redobles de tambor
para la insolencia de los imanes,
lágrimas de graffiti
para los elegidos de Wall Street:
rosas sin perfume
entre las tumbas
de los anónimos huidores de la noche.
(Los misiles
no tienen ni nombres ni memorias...)
Luis E. Prieto
Publicado en el blog escribidor
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