Sálvame.
Tus ojos me separan
del miedo,
de la noche,
del dolor.
Te dejo ser mi condena,
a través de tus sueños va mi espíritu.
Espérame, el naufragio
no pide nuestros nombres
y después de las dudas,
vendrá el mar.
Gonzalo Salesky
Publicado en la revista Nevando en la Guinea 38
No hay comentarios:
Publicar un comentario